El período previo a la siembra es clave para que el lote llegue lo más limpio posible, por lo que se debe poner especial foco en que las aplicaciones de herbicidas necesarias sean bien efectivas. A pesar de la diversidad de tecnologías de control presentes en el mercado y de la difusión de las buenas prácticas agronómicas, las malezas siguen siendo un gran problema hoy para el productor y aún no es posible afirmar que su presión esté disminuyendo. Es por eso que, a la hora de encontrar cuáles son los factores que permiten que esto sea así, una de las cuestiones claves a analizar es el manejo que se hace de ellas en la etapa de barbecho. Y asegurarse que las aplicaciones sean lo más efectivas posibles, para lo cual se recomienda el uso de adyuvantes. Entre la cosecha y la nueva siembra es necesario asegurarse que las malezas no consuman recursos del suelo y que no alcancen un tamaño difícil de controlar, ya que en ambos casos generarían una menor disponibilidad de recursos para el cultivo siguiente y reducirían su rendimiento. Para evitar esta situación, debe conocerse el estado de enmalezamiento de los lotes, imprescindible para decidir si se interviene o no. A pesar de la diversidad de tecnologías de control presentes en el mercado y de la difusión de las buenas prácticas agronómicas, las malezas siguen siendo un gran problema hoy para el productor y aún no es posible afirmar que su presión esté disminuyendo. Es por eso que, a la hora de encontrar cuáles son los factores que permiten que esto sea así, una de las cuestiones claves a analizar es el manejo que se hace de ellas en la etapa de barbecho. Y asegurarse que las aplicaciones sean lo más efectivas posibles, para lo cual se recomienda el uso de adyuvantes. “La decisión de realizar una aplicación y el tipo de productos a utilizar dependerá de la composición de la comunidad de malezas presente, de la abundancia relativa de cada una de las especies, de su estado fenológico y de su competitividad” Ing. Agr. Mariano Luna, desarrollador de Productos Adyuvantes de Rizobacter Argentina. Manejo post cosecha Una vez realizada la cosecha, es posible encontrar en el lote malezas primavero-estivales que lograron escapar a los controles o bien que se establecieron hacia el final del ciclo del cultivo, cuando la senescencia permitió la llegada de luz a la superficie del suelo. Si bien la mayoría de estas malezas terminarán su ciclo con las primeras heladas, son un buen indicador del tipo de especies que pueden encontrarse en el banco de semillas del suelo y que estarán presentes en el ciclo siguiente. Dentro del grupo de malezas que vienen creciendo con el cultivo anterior es probable encontrar algunas bianuales como los cebollines o perennes como el sorgo alepo, la flor de Santa Lucía o el gramón. Estas especies se caracterizan porque su biomasa aérea crece durante la estación primavero-estival y luego, a fines del verano y principios del otoño, envían reservas a sus órganos subterráneos que les ayudarán a rebrotar durante la primavera siguiente. “La aplicación de herbicidas sistémicos en este momento ayudará a reducir la biomasa de los órganos subterráneos de reserva, reduciendo no solo el número de plantas provenientes de rebrotes sino que estos serán además mucho más débiles y sensibles a los controles de herbicidas primaverales. Para garantizar la absorción y translocación de los herbicidas, la biomasa aérea debe estar fotosintéticamente activa, por eso esta aplicación debe hacerse antes de la ocurrencia de heladas que afecten la biomasa aérea” Ing. Agr. Mariano Luna, desarrollador de Productos Adyuvantes de Rizobacter Argentina. En cuanto a las malezas otoño-invernales, ya emergidas o emergiendo, estarán reguladas por el pulso de las precipitaciones y se extenderán hasta que las temperaturas sean lo suficientemente frías para que no ocurra la germinación. La baja en las temperaturas y las menores precipitaciones del invierno generan que tampoco haya crecimiento de las ya emergidas, pero a la vez reducen la eficacia de los herbicidas sistémicos, es decir de aquellos que necesitan plantas fotosintetizando activamente para moverse dentro de la planta, como el glufosinato de amonio, la atrazina o el cletodim. “Al decidir el tipo de herbicida de contacto y la dosis a utilizar en una primera aplicación durante el inicio del barbecho, se deben tener en cuenta no solo las plantas presentes en estado adulto que generan semillas u órganos subterráneos, sino también las plantas nuevas que emergieron a fines del verano o principios del otoño. Para ello es muy importante realizar una recorrida exhaustiva de todo el lote luego de la cosecha y poder identificar las especies presentes previo a la aplicación. A medida que nos vamos retrasando en el momento de la recorrida y la decisión, el control químico como herramienta va perdiendo efectividad, ya sea porque las plantas superan los tamaños indicados o bien porque las condiciones ambientales reducen la efectividad de los herbicidas. Además, es muy importante en este momento el uso de herbicidas residuales que permitan controlar las cohortes que emergerán hasta que las temperaturas sean lo suficientemente bajas para que la germinación cese”, detalla el especialista de Rizobacter. Resumiendo, el estado del lote a la salida del invierno dependerá entonces del banco de semillas del suelo, de las condiciones ambientales y de la efectividad de los herbicidas residuales utilizados al inicio del barbecho. Para la elección de los herbicidas se debe prestar especial atención al historial de aplicaciones, con el fin de rotar los modos de acción y disminuir así la presión de selección de biotipos resistentes que resultarán en pérdidas de rendimiento y aumento de costos de control en el largo plazo. También se recomienda el diseño de estrategias de manejo integradas, como son la elección de la fecha de siembra (adelantar o atrasar en función de las especies malezas dominantes) o estructuras de cultivo más competitivas que cierren rápido el entresurco (menor distancia entre surcos, mayores densidades de siembra o genotipos más competitivos, por ejemplo). La importancia de los adyuvantes El otro factor clave para que el suelo llegue libre de malezas a la siembra es la eficacia de las aplicaciones. Para eso, desde Rizobacter recomiendan el uso de adyuvantes que tengan buena penetración, buen esparcimiento de gotas y que aseguren una mezcla homogénea en el tanque. Clasificado dentro del segmento de los aceites metilados, Rizospray Integrum es un producto premium por el alto porcentaje de aceite metilado que lleva en su formulación (48%). Su combinación de surfactantes (52%), por su parte, otorga un mejor mojado de las malezas y mezcla de manera homogénea incluso aquellos herbicidas que presentan más dificultades dentro del tanque. “Rizospray Integrum permite una excelente penetración dentro de las ceras cuticulares y llega así a las partes internas de la planta. Su mix de surfactantes disminuye la tensión superficial para que las gotas no reboten a través de la microemulsión que este producto presenta. De esta manera, los herbicidas se mezclan homogéneamente dentro del tanque y la calidad de aplicación es mayor, lo que se va a traducir en un excelente control de las malezas”, concluye Mariano Luna. Fuente: ContentLab La Nacion